Por Gonzalo Zapata En Documentos
Palmer 1997.pdf
Este libro se basa en una premisa sencilla: la buena enseñanza no puede reducirse a la técnica, la buena enseñanza proviene de la identidad e integridad del maestro. En primer lugar, hay que entender el primer concepto, los maestros. Estos son buenos cuando se unen a sí mismos y a sus estudiantes en el tejido de la vida y la enseñanza, cuando se conectan con ellos y pueden tejer una compleja red de conexiones, cuando permiten que los estudiantes puedan aprender a tejer un mundo por sí mismos. En segundo lugar, en una cultura de técnica, a menudo confundimos autoridad con poder, pero los dos no son lo mismo. El poder funciona desde afuera, pero la autoridad funciona de adentro hacia afuera, nos equivocamos cuando buscamos autoridad fuera de nosotros mismos, en fuentes que van desde las sutiles habilidades del proceso del grupo hasta ese método sutil más delgado y del control social llamado clasificación. Esta visión de la enseñanza, de profesor como policía en la esquina, intentando mantener las cosas moviéndose amistosamente y por consentimiento, pero siempre recurriendo al poder coercitivo de la ley. La autoridad viene mientras reclamo mi identidad e integridad, recordando mi identidad y mi sentido de vocación, Entonces la enseñanza puede venir de las profundidades de mi propia verdad-y la verdad que está dentro mis estudiantes tienen la oportunidad de responder en especie.